Celebra la Iglesia en este día la memoria de San Joaquín y Santa Ana Padres de la Santísima Virgen María, quienes siendo ya ancianos eran marginados por la sociedad por su esterilidad y Dios que ve lo profundo de nuestro corazón les regaló una hija; la más bella de todas las mujeres de la tierra, la que vendría a ser la Madre de nuestro Salvador, por ello queremos rendir homenaje a nuestros abuelos fuente de ternura, sabiduría y serenidad; auténticos maestros en la fe que con paciencia nos enseñan a confiar plenamente en Dios como fruto de su experiencia personal.

Los abuelos juegan un papel importante en la sociedad, son nuestra mayor riqueza; estan cargados de experiencias, tal vez cansados por el peso de los años, ellos son como niños que debemos proteger, son ternura, cariño, abrazo sincero, enciclopedia siempre abierta, consejeros asombrosos. Recuerdo tu fe sincera. Así eran tu abuela Loide y tu madre, Eunice, y estoy convencido de que la recibiste de ellas. (2 Tim.1,5) nos trasmiten a Dios con cada gesto, palabra y silencio.

El mundo actual consumido en el activismo nos invita a desechar a todo aquel que parece no ser útil por su rendimiento laboral; pero los abuelos no son mercancía, ellos han sido los que en su momento construyeron con mucho esfuerzo todo lo que tenemos. No los rechacemos, algún día llegaremos a tener su edad y seremos tratados tal cual como los  a ellos hoy. Todos tenemos una historia, un pasado, un presente que se puede escribir con alegría. Dale el valor que se merece a nuestros mayores aunque te incomoden sus acciones, así juntarás tesoros para el cielo.