He aquí tu sierva, Señor hágase en mi según tu palabra.

“Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses, te tenia consagrada: yo profeta de las naciones te constituí.”

                                                                                                                                              Jeremías 1, 5.

Mi experiencia como Religiosa de la comunicación social nace en enero del 2011, cuando por primera vez dejé atrás mi familia, mi patria Panamá para conformar la mía al dar inicio a la formación en Ibagué, Tolima allí pude experimentar día con día como efectivamente estaba en el camino al que Dios me llamo, definitivamente el vivir en fraternidad y el compartir la misma emoción de servir a Jesús, cada una con su toque distinto fortalecía más mi amor y mi fe.

Mientras estuve allí, muchas cosas empecé aprender he ir desarrollando, por ejemplo, dar catequesis, la difusión, las misiones que ayudaban a poder ir evangelizando y así ir llevando nuestro carisma.

Luego de estar en Ibagué pase al apostolado del Hogar de la divina gracia en la cual he estado en dos ocasiones distintas en las cuales ha significado mucho para mí y puedo decir que estando allí me he fortalecido mucho a nivel espiritual, fraterno y emocional. El trabajar con adolecentes heridas más allá de lo físico, heridas del corazón hizo que en algunas cosas me sintiera identificada y por ende comprendí que no podía continuar sin sanar aquellas cosas y con la gracia de Dios las pude sanar con el tiempo. Por esta razón el poder estar allí marco toda mi vida para bien y estoy eternamente agradecida con Dios y la comunidad que me envió allí.

Después de estar en Panamá mi tierra, emprendí una nueva experiencia en Ecuador en Santo Domingo de los Colorados, que me encanto y disfrute muchísimo, allí tenía la oportunidad de estar en varios apostolados, por ejemplo, el de la librería que pude conocer más a fondo y a enamorarme más del carisma que nuestro padre Emilio nos dejó, ya que a través de los textos que podíamos brindar, muchas almas se acercaban más a Dios, también el apostolado parroquial ya era más grande para mí, porque ya no solo se trataba de dar catequesis o de una que otra misión, sino que era ya más tiempo completo en donde compartes más con el pueblo y hace que tu fe se vaya fortaleciendo. También tuve la oportunidad de estar uno meses en el apostolado del cuidado de nuestras hermanas mayores en Cajicá en la Sagrada familia, experiencia que me sirvió también mucho porque el sentirlas y verlas ya no con las mismas fuerzas físicas, pero si con fuerzas espirituales producto de los años de servicio hace que uno se detenga y se pregunte si está siendo capaz de tomar más conciencia en su actuar y también saber que es bueno escuchar las palabras de sabiduría que ellas nos pueden dar.

Al igual que la hermana Olga Roció Beltrán, otro apostolado para mí fue en Barranquilla, Colombia al ser maestra de 25 niños en jardín una experiencia que al principio me causo shock, pero que después me enamore, el estar con ellos me hizo acordar cuando Jesús dijo dejad que los niños se acerquen a mí y el poderlos tener tan cerca casi todos días, me hizo darme cuenta que esa ingenuidad, inocencia y el vivir sin rencor, ni nada de energía negativa es lo que muchos adultos no viven que por el contrario el vivir alegres y con actitud positiva te hace ser mejor persona y sí gracias a esos mis niños quise volver a ser una niña más alegre.

Ahora en esta actual experiencia aquí en Panamá también es parroquial, pero en el tiempo que llevo a estado más enfocada a la pastoral juvenil, experiencia que me encanta y con la gracia de Dios vamos sacando adelante y aprendiendo.

Por lo que han podido leer yo les quise ondear cada experiencia de servicio que he vivido durante estos 8 años que llevo de religiosa y quiero terminar diciendo que he tenido mis caídas y mis levantados, pero sigo firme y no me arrepiento de seguir a mi Jesús.

Considero que en cada una de las experiencias he podido ir tallándome con la ayuda de Dios, que a su vez me deja poder estar más completa para darles amor a mi prójimo y con mucha alegría servir al que más lo necesita.

                                                                                                                    Hna. Janitze María Rodríguez Z.