Hoy es un día maravilloso para mirar la valentía de quiénes iniciaron y dieron vida al Instituto desde sus inicios, muchas veces lo hemos hecho, pero es necesario volver la mirada con gratitud al finalizar este año jubilar que la Iglesia nos ha concedido y que nos motiva a tomar esos mismos valores del pasado, para dar impulso al instituto, valores que dan fuerza a todo lo que emprendemos tomados de la mano de Jesús en la oración y el acción.

Qué agradable es recordar el testimonio de nuestras hermanas cuando hablan del Padre Emilio nuestro fundador, que siempre con una sonrisa llena de bondad con sus palabras o su presencia, iba transmitiendo a Jesús que llevaba tan dentro de su corazón, Deseando que todos le conocieran y le amaran.

Nuestro carisma es comunicar sencilla y fielmente el evangelio, la buena noticia que es Jesús, por eso al estilo del sembrador estamos invitadas a ir por el mundo sembrando la semilla en los corazones sin importar los resultados como lo dice 1 cor.3,6-8 “Yo planté, Apolo regó, pero el que hizo crecer fue Dios. De modo que el que planta no es algo, ni tampoco el que riega, sino Dios que hace crecer. El que planta y el que riega están en la misma situación, y Dios pagará a cada uno según su trabajo.” Y nosotras estamos convencidas de ello.

Nos acogemos al auxilio de la Santísima Virgen, para que ella nos ayude encarnar a su hijo en nuestra vida y a seguir dándole vida al instituto como Ella le da vida a la iglesia. María primera comunicadora reanima y fortalece nuestra congregación.